|
La Selección Colombia de Mayores conquistó el pasado domingo el subtítulo de la Copa América 2010, disputada en Ecuador, con lo cual alcanzó, por primera vez en la corta pero sorprendente historia del fútbol femenino en nuestro país, su clasificación a la Copa Mundial de Mayores, FIFA-Alemania 2011, y a los Juegos Olímpicos de Londres en el 2012.
Las colombianas habían llegado a su último partido del domingo con la necesidad de vencer a las argentinas, que ya habían levantado la Copa en el 2006. Tenían, además, el peso anímico de haber caído dos días antes por goleada frente a las brasileñas, que gracias al 5-0 se coronaron campeonas por anticipado. Pese a eso, el profesor Ricardo Rozo plantó a su equipo en el estadio Olímpico Atahualpa de Quito, sin complejos y con la resolución de dejarlo todo en la cancha para superar a Argentina y, gracias a un fútbol ordenado y ofensivo, a los seis minutos del segundo tiempo, una excelente combinación de pases entre la vallecaucana Carmen Rodallega, la antioqueña Catalina Usme, Gisella Arrieta (quien juega para un equipo universitario en EEUU) y la vallecaucana Ingrid Vidal, terminó felizmente con el único gol del partido.
Un triunfo atribuible a la tenacidad, la disciplina y al pundonor deportivo que demostraron las muchachas colombianas a lo largo del torneo y que las ponía a soñar con la anhelada clasificación a esos máximos torneos orbitales si Brasil vencía o al menos empataba con Chile. En efecto, demostrando su enorme superioridad sobre las demás selecciones, Brasil derrotó 3-1 a Chile, para refrendar su sexto título de Copa América y su sexta clasificación consecutiva a un Mundial Femenino de Mayores.
Los logros obtenidos en menos de tres años por el fútbol femenino en Colombia – la participación en el Mundial de Nueva Zelanda 2008 en categoría Sub-17 y en el Mundial de Alemania 2010 en categoría Sub-20, donde las colombianas quedaron cuartas, y ahora con esta clasificación a Alemania 2011 en categoría Mayores, y de paso a los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 y los Olímpicos un año después – son, como todo lo importante en la vida, resultado del trabajo serio, bien planificado, con renovación y continuidad, que ha adelantado la Federación Colombiana de Fútbol, que en buena hora resolvió que había que brindar el mismo apoyo a la rama femenina como a la masculina, y tratar de emular en ese sentido a su homóloga del Brasil, aprovechando la circunstancia de que, aparte del gran nivel de las brasileñas, que es más o menos lo que también pasa en la rama masculina, el nuestro, en lo femenino, está a la altura de Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile.
Sería muy importante que, a partir de estos triunfos, la Fedefútbol, ahora con el profesor Pacho Maturana a la cabeza de un proceso de largo aliento, que no sólo busca clasificar de nuevo a un Mundial a la Selección Masculina de Mayores sino dar un salto cualitativo en la proyección del fútbol colombiano a todo nivel, desde el escolar hasta el profesional, pasando por el aficionado en las ramas masculina y femenina, pensara seriamente en promover un campeonato profesional de fútbol femenino o, en su defecto, un torneo aficionado de verdadero alcance nacional, pues hasta ahora sólo se realizan torneos locales o departamentales y un campeonato nacional de fútbol femenino al que asisten seis o máximo ocho selecciones departamentales. Hoy por hoy, las Ligas de Fútbol más activas en la promoción del balompié femenino son las del Valle, Antioquia, Bogotá, Tolima, Santander y Atlántico, y prueba de ello es que de allí provienen casi todas las jugadoras que hoy nos tienen celebrando, con un lugar destacado del Valle, que tiene ocho, mientras que Tolima tiene cuatro y Antioquia tres.
Otro aspecto importante del exitoso proceso es la continuidad, tanto en la parte técnica como en la nómina de jugadoras, lo que no puede decirse del proceso con la Selección Masculina de Mayores, que ha sido una de las críticas más fuertes a las directivas del Fútbol colombiano. En esta selección que nos representará en Alemania 2011, hay ocho de la Selección Femenina Sub-20 que participó en julio en el Mundial de Alemania, y además, al frente de ese trabajo con las mujeres ha estado siempre un mismo cuerpo técnico, encabezado por el profesor Ricardo Rozo Ocampo, quien después de militar en Millonarios, Academia, Girardot, Cóndor y Soacha (todos equipos de la Primera B), aceptó en el 2000 la oferta de dirigir un club femenino en la Liga bogotana y ahora recuerda cómo se reían de él sus amigos del fútbol, dominado entonces por el prejuicio machista: “¿Cómo así que te vas a poner a dirigir 'viejas'? ¿Estás loco, 'Richy'?”.
Felicitaciones, pues, para la Fedefútbol, para las Ligas que han dado ese ejemplo, para el profesor Rozo y su cuerpo técnico y para las brillantes jugadoras que nos ponen a soñar en un mundial de la categoría o, por qué no, en una medalla olímpica.
Las colombianas habían llegado a su último partido del domingo con la necesidad de vencer a las argentinas, que ya habían levantado la Copa en el 2006. Tenían, además, el peso anímico de haber caído dos días antes por goleada frente a las brasileñas, que gracias al 5-0 se coronaron campeonas por anticipado. Pese a eso, el profesor Ricardo Rozo plantó a su equipo en el estadio Olímpico Atahualpa de Quito, sin complejos y con la resolución de dejarlo todo en la cancha para superar a Argentina y, gracias a un fútbol ordenado y ofensivo, a los seis minutos del segundo tiempo, una excelente combinación de pases entre la vallecaucana Carmen Rodallega, la antioqueña Catalina Usme, Gisella Arrieta (quien juega para un equipo universitario en EEUU) y la vallecaucana Ingrid Vidal, terminó felizmente con el único gol del partido.
Un triunfo atribuible a la tenacidad, la disciplina y al pundonor deportivo que demostraron las muchachas colombianas a lo largo del torneo y que las ponía a soñar con la anhelada clasificación a esos máximos torneos orbitales si Brasil vencía o al menos empataba con Chile. En efecto, demostrando su enorme superioridad sobre las demás selecciones, Brasil derrotó 3-1 a Chile, para refrendar su sexto título de Copa América y su sexta clasificación consecutiva a un Mundial Femenino de Mayores.
Los logros obtenidos en menos de tres años por el fútbol femenino en Colombia – la participación en el Mundial de Nueva Zelanda 2008 en categoría Sub-17 y en el Mundial de Alemania 2010 en categoría Sub-20, donde las colombianas quedaron cuartas, y ahora con esta clasificación a Alemania 2011 en categoría Mayores, y de paso a los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 y los Olímpicos un año después – son, como todo lo importante en la vida, resultado del trabajo serio, bien planificado, con renovación y continuidad, que ha adelantado la Federación Colombiana de Fútbol, que en buena hora resolvió que había que brindar el mismo apoyo a la rama femenina como a la masculina, y tratar de emular en ese sentido a su homóloga del Brasil, aprovechando la circunstancia de que, aparte del gran nivel de las brasileñas, que es más o menos lo que también pasa en la rama masculina, el nuestro, en lo femenino, está a la altura de Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile.
Sería muy importante que, a partir de estos triunfos, la Fedefútbol, ahora con el profesor Pacho Maturana a la cabeza de un proceso de largo aliento, que no sólo busca clasificar de nuevo a un Mundial a la Selección Masculina de Mayores sino dar un salto cualitativo en la proyección del fútbol colombiano a todo nivel, desde el escolar hasta el profesional, pasando por el aficionado en las ramas masculina y femenina, pensara seriamente en promover un campeonato profesional de fútbol femenino o, en su defecto, un torneo aficionado de verdadero alcance nacional, pues hasta ahora sólo se realizan torneos locales o departamentales y un campeonato nacional de fútbol femenino al que asisten seis o máximo ocho selecciones departamentales. Hoy por hoy, las Ligas de Fútbol más activas en la promoción del balompié femenino son las del Valle, Antioquia, Bogotá, Tolima, Santander y Atlántico, y prueba de ello es que de allí provienen casi todas las jugadoras que hoy nos tienen celebrando, con un lugar destacado del Valle, que tiene ocho, mientras que Tolima tiene cuatro y Antioquia tres.
Otro aspecto importante del exitoso proceso es la continuidad, tanto en la parte técnica como en la nómina de jugadoras, lo que no puede decirse del proceso con la Selección Masculina de Mayores, que ha sido una de las críticas más fuertes a las directivas del Fútbol colombiano. En esta selección que nos representará en Alemania 2011, hay ocho de la Selección Femenina Sub-20 que participó en julio en el Mundial de Alemania, y además, al frente de ese trabajo con las mujeres ha estado siempre un mismo cuerpo técnico, encabezado por el profesor Ricardo Rozo Ocampo, quien después de militar en Millonarios, Academia, Girardot, Cóndor y Soacha (todos equipos de la Primera B), aceptó en el 2000 la oferta de dirigir un club femenino en la Liga bogotana y ahora recuerda cómo se reían de él sus amigos del fútbol, dominado entonces por el prejuicio machista: “¿Cómo así que te vas a poner a dirigir 'viejas'? ¿Estás loco, 'Richy'?”.
Felicitaciones, pues, para la Fedefútbol, para las Ligas que han dado ese ejemplo, para el profesor Rozo y su cuerpo técnico y para las brillantes jugadoras que nos ponen a soñar en un mundial de la categoría o, por qué no, en una medalla olímpica.
tomado de el mundo.com ver enlacehttp://www.elmundo.com/sitio/editorial.php?idcuerpo=1&dscuerpo=Secci%C3%B3n%20A&idseccion=2&dsseccion=Editorial&idedicion=1934